Una adicción es una enfermedad y un síntoma. Cuando alguien la desarrolla, constituye por sí misma una patología con consecuencias físicas y psicológicas, pero también desvela la existencia de un problema subyacente: una carencia.
Es esa carencia la que el individuo ha intentado colmar recurriendo a una sustancia o a un comportamiento que han terminado en una acción compulsiva que el individuo no puede controlar.
El tratamiento de adicciones en el centro CREIAD tiene en cuenta esta dinámica, por eso va más allá de la desintoxicación y la deshabituación para tratar la raíz del problema. Para ello, recurrimos a la combinación de psiquiatría, psicología y terapia vivencial así como a un amplio abanico de actividades y talleres.
Además, trabajamos desde la base de que cada paciente es diferente y sólo mediante una respuesta adaptada a sus necesidades se puede lograr una rehabilitación consolidada y definitiva.
El reconocimiento de la misma y la petición de ayuda externa son los dos primeros pasos fundamentales hacia la recuperación.
Hay que comunicar el problema en el entorno familiar, a amigos y a la vez recurrir a la asistencia de médicos y psicólogos expertos en adicciones. La guía de parte de un profesional no implica debilidad, sino un profundo autoconocimiento cuyo resultado será una vida sana, llena y equilibrada.
En el centro CREIAD el programa de rehabilitación empieza siempre con una evaluación pormenorizada e individual del paciente. De este modo podemos desarrollar una estrategia individual que permita adaptar el tratamiento a las circunstancias particulares de cada adicción.
Las formas de recuperación para cada paciente adicto son distintas según cada caso, el programa terapéutico se basa en tres fases: Desintoxicación, Deshabituación y Reinserción.
El tratamiento de adicciones no tiene una duración determinada, ya que va en función del caso y de las exigencias de cada paciente. Sin embargo, el objetivo de todo tratamiento es de lograr una recuperación con un tratamiento breve y eficaz.
El tratamiento de adicciones a las drogas es realmente eficaz cuando se aplica una perspectiva integral y global. El programa terapéutico se basa en tres fases: Desintoxicación, Deshabituación y Reinserción.
Para lograr una recuperación cuando se padece adicción, es importante resolver algunos problemas centrales que supone ser adicto, y que toda persona que realiza un tratamiento para la adicción debe realizar:
Hay que comenzar el tratamiento de adicción a las drogas de forma contundente y abortando el consumo inmediato. Los síntomas de dependencia al alcohol o a las drogas aparecerán pocas horas después y lo ideal es que un profesionales capacitados en adicción como los de CREIAD apoye terapéuticamente al paciente con un abordaje multidisciplinar en el diagnóstico inicial y con soporte de fármacos a conveniencia de los síntomas.
En esta fase se tratan los síntomas que experimenta el paciente por la suspensión total de la sustancia que se abusaba sobre el sistema nervioso y el organismo. Por consiguiente se solucionarán los problemas de insomnio, de ansiedad y la inestabilidad en los niveles de energía. Esta fase se conoce como fase de desintoxicación.
La siguiente fase terapéutica tras superar el síndrome de abstinencia, es la fase de deshabituación. La cual se enfoca en los efectos dañinos sobre la propia salud física, psicológica y espiritualmente, focalizando el problema que le llevó al consumo.
Para eso en CREIAD trabajamos con tratamientos individuales y grupales, pues la participación en diferentes grupos va a ser de gran ayuda. La recuperación no se solventa sólo con eliminar la droga del organismo sino con el desarrollo de conexiones humanas de valor y el significado de estas.
En tercer y último lugar, identificamos la fase de reinserción. Durante la última fase del tratamiento para adictos, incluimos las cuestiones psicológicas y del funcionamiento del ámbito más cercano al paciente y muy importante, la familia.
Tras superar la desintoxicación y rehabilitación de drogas, se tratan los problemas que al paciente le generan ansiedad, depresión o el estrés crónico asociado al consumo. La superación del temor al cambio de hábitos y de estilo de vida con el aprendizaje multidisciplinar de cómo tener mejores relaciones interpersonales.